sábado, 11 de febrero de 2012

hay veces en que me detengo a recordar. hay momentos que me recuerdan otro momento y me gusta parar para recordar. Detener lo que estoy haciendo y revivir momentos.
Re-vivir. re-sentir.
tengo esa manía de no dejar que ciertos episodios mueran. me gusta perderme en recordar palabras, lágrimas, gritos, besos, caricias, risas, paisajes, situaciones, intencionalidades... no sé.
Todo lo bueno, todo lo malo. Episodios que quedan tan grabados por un motivo. Todo queda tan grabado y me agrada que de algunos otros episodios sólo son fragmentos los que quedan en la memoria. y aunque sean sólo esos fragmentos, me gusta revivirlos.
Sean agradables o no, son pedazos que van configurando quién soy hoy, qué quiero, qué me gusta, qué sueño, qué me importa, quiénes me importan.
Por eso me gusta. sin caer en la melancolía claro.
y más que recordar como una espectadora, la idea es volver a ese momento e intentar volver a sentir lo que sentía. ver a qué llegó, en qué me influyó, cómo me cambió.

No quiero olvidar.
No quiero olvidar mi vida. lo que he hecho, lo que he vivido, lo que he sentido, a quienes he querido. las risas, las lágrimas.
no quiero olvidar los pasos que he dado, los aciertos y errores que he cometido. las vergüenzas, los orgullos.
Quisiera ser más valiente y soñar más en grande. Quisiera también seguir así, así como estoy, así como voy, disfrutando el ahora, evitando problemas, evitando dramas.

Ya no soy la misma. Aveces no me reconozco.
Siento que siento más.
Siento que ya no me da miedo sentir.
Yo antes no era así.