viernes, 18 de marzo de 2011

cosas que pasan cuando vas a la playa con 7mil personas y mucho alcohol

No puedo dormir. Me rindo. Tengo que levantarme en 4 horas pero ya, me rindo, no puedo dormir. Quizás necesito dejar manifiesto lo siguiente para así poder lograrlo.
Es demasiado y me da demasiadas vueltas en la cabeza. Tenía que llegar ese momento en que te encontrai con tu almohada y tu cabeza comienza a recordar cosas y a darle vueltas al asunto. Ayer era imposible, caí cual saco de papas sobre la cama y desperté 11 horas después.
Igual a estas alturas no recuerdo todo. En parte por todo el melón con vino, el vodka y lo mala que soy jugando cultura chupística con puros hombres que invocan jugadores de fútbol, equipos, marcas de autos y tipos de pornografía, cuando tú nisiquiera sabíai que la pornografía podía ser clasificada.
Quizás no tanto por eso en realidad, quizás también porque me dolió tanto y me enojé tanto que mi cabeza bloquió muchas cosas o borró varias otras. Dijiste tantas cosas y retuve la mitad.

No puedo jugar la carta del ahyashao... si te gusta como soy, bien, si no, chao. No me conviene, saldría perdiendo. Tengo que hacer algo al respecto.
Señoras, señores, llegué a un punto en que tendré que hacer el intento por ser no yo pa ver si la relación mejora. Tendré que no sé oye... ser otra persona pa que la hueá vuelva a funcionar. No sé cómo. Cómo hacís pa ser otra persona? pa tener otra personalidad o puntos de vista o opiniones o forma de ser? de reaccionar? de actuar?
Llegué a un punto en que pretendo mantener una relación... porque me conviene.
Qué-mierda.

viernes, 11 de marzo de 2011

Después de todo, ¿qué es la felicidad?

Amor, responden. Pero el amor no da, y nunca ha dado felicidad. Todo lo contrario, siempre es una angustia, un campo de batalla, muchas noches en vela, preguntándonos si estamos haciendo lo correcto. El verdadero amor está hecho de éxtasis y agonía.
Paz, entonces. ¿Paz? Si miramos a la Madre, ella nunca está en paz. El invierno lucha contra el verano. El sol y la luna nunca se ven, el tigre persigue al hombre, que tiene miedo del perro, que persigue al gato, que persigue al ratón, que asusta al hombre.
El dinero da la felicidad. Muy bien: entonces todas las personas que tienen dinero suficiente para vivir con un altísimo tren de vida podrían dejar de trabajar. Pero siguen más nerviosas que antes, como si temieran perderlo todo. El dinero da más dinero, eso es verdad. La pobreza puede provocar la infelicidad, pero al contrario no es cierto.
He buscado la felicidad durante mucho tiempo de mi vida; ahora lo que quiero es alegría. La alegría es como el sexo: empieza y acaba. Yo quiero placer. Quiero estar contenta, ¿pero felicidad? Ya no caigo en esa trampa.
Cuando estoy con un grupo de personas y decido provocarlas mediante una de las cuestiones más importantes de nuestra existencia, todas dicen "soy feliz".
Sigo: "¿Pero no quieres tener más, no quieres seguir creciendo?". Todos responden: "Claro".
Insisto: "Entonces no eres feliz". Todos cambian de tema.

Paulo Coelho. La bruja de Portobello.